lunes, 28 de marzo de 2011

¿Se aprende a leer?


Tomando como base el texto de Bruno Bettelheim y Karen Zelan, “Aprender a leer”, encontramos muchas controversias de qué es lo que se hace en el proceso de enseñanza hacia la lectura, si se enseña a leer o a codificar una palabra por medio de la repetición, mas no a interpretar su significado. Claro está que para llegar a ello hay otras etapas que no son viables para el educando, empezando porque la educación es se ha vuelto una empresa muy rentable, donde se mira más los intereses de los educadores que de los educandos en algunas ocasiones.

Un factor crucial para la enseñanza es el primer día de clases para un alumno donde se crean las bases para la formación del niño a lo largo de su proceso de aprendizaje además no solamente en el ámbito escolar, sino, en relación con el mundo; pero cómo influye esto con aprender a leer, muy sencillo si en estos primeros años de escolarización el niño se siente bien triunfará de ahí en adelante, por el contrario si no se siente conforme fracasará, no solamente en la etapa escolar, también con la sociedad debido a que la escuela es la que crea el concepto de sociedad en el infante.

Aparece el encuentro del educando con el docente el cual es una influencia decisiva para él, en él se encuentran los resultados del proceso de enseñanza, los trabajos que van bien satisfacen al estudiante, y los que no son tan buenos dan como consecuencia culpar al sistema o al docente, es en estos primeros años de escolarización donde saber leer marca el destino del estudiante en su proceso académico. El docente debe presentar la lectura y literatura de tal modo que pueda enseñar a leer su valor y significado, si se logra mantener el interés del estudiante a la lectura será más fácil aprender a leer.

Una de las causas que el educando crea que leer es aburrido y tedioso es la repetición de palabras en los textos, el infante entra a un mundo mágico de lectura cuando no conoce el sentido de las palabras y los va asimilando, pero cuando no hay palabras nuevas y todo es repetición se vuelve una codificación sin sentido de la lectura, la enseñanza presenta un problema de gran magnitud, el estudiante no sabe por qué las palabras se escriben así, qué lleva y qué no lleva tilde o acento solo lo ponen porque sí y de manera repetitiva, es la forma para grabar la imagen de la palabra. De igual modo cuando la lectura es impuesta, por obligación se pierde el interés de leer el texto.

Otro aspecto que empeora la situación de lectura son las cartillas con malos ejercicios de aprendizaje y sigue el papel de la repetición donde se continúa matando el entusiasmo de leer; de esta forma se está consiguiendo una codificación de la información, no una interpretación que es lo ideal. Al realizarse unas entrevistas a los estudiantes se logró obtener información del error que se está cometiendo al dejar las lecturas que carecen de historias verdaderas, es decir, todo es perfecto; no es posible confrontar un texto con la vida cuando se conoce de antemano que el escrito va a terminar como comienza bien; de ahí que se prefieran otros tipos de lectura que vaya más con situaciones reales, vividas por el lector en algunos aspectos.

La educación se está volviendo un método de codificación y de poca atención hacia el educando, las cartillas son elaboradas con el fin de facilitar la comprensión de las lecturas y los trabajos, hasta el punto de creer a los estudiantes incapaces de pensar, dando como resultado que el pupilo piense que se le cree de poca capacidad intelectual y este factor a la vez es un negocio para las editoriales que hacen las cartillas. De repente aparece una herramienta supuestamente de ayuda para la comprensión del texto, las imágenes, que se vuelven un distractor de la lectura hasta el punto de interpretar el texto por medio de los dibujos, mas no por el contenido cometiendo un erro peor, convirtiendo la lectura en un segundo plano, ya que en primera instancia se observa la gráfica y por último el texto.

Es imprescindible que la lectura sea fomentada de una manera amena tanto para el docente como para el educando así menciona, Anne Sullivan, enseñar de manera aburrida complica el aprendizaje de todo lo que se desea mostrar, la mejor forma de aprender a leer es empezar desde los primeros grados de escolaridad, para tener unas bases solidas y también teniendo en cuenta las necesidades del educando y sin creer que son incapaces de leer cosas nuevas, para no quedarse estancado en las mismas 470 palabras hasta por dos años, la lectura brinda la posibilidad de interpretación y conocimiento del mundo, de ir más allá de lo evidente.

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